El proyecto LISOL, financiado por el Gobierno Vasco a través del programa Elkartek, ha desarrollado tecnologías basadas disolventes alternativos para procesos industriales
Los líquidos iónicos son sales con una temperatura de fusión baja y un amplio intervalo electroquímico, que además de no ser corrosivas son respetuosas con el medio ambiente. Estos materiales presentan cualidades que las hacen útiles como disolventes industriales y como soluciones complementarias en procesos como la electrodeposición, la pirometalurgia o la hidrometalurgia. Se trata de una alternativa más sostenible desde el punto de vista ecológico, energético y de coste-efectividad.
Con la misión de explorar las posibilidades de estos líquidos, se ha desarrollado el proyecto LISOL, una iniciativa coordinada por la corporación tecnológica Tecnalia y financiada por el programa de ayudas Elkartek, impulsado por el Gobierno Vasco a través del Grupo SPRI.
El proyecto, ya concluido, se ha centrado en la investigación de tecnologías basadas en líquidos iónicos para procesos como el tratamiento de aguas, la revalorización de residuos con contenido metálico, la captura de dióxido de carbono, el tratamiento de la biomasa lignocelulósica y la producción de carburantes.
Estas tecnologías han sido probadas en entidades como Sidenor y la Fundación Inatec, integradas en el consorcio del proyecto en el que también han participado el instituto de investigación industrial Polymat, el Donostia International Physics Center, el centro de investigación de materiales, aplicaciones y nanoestructuras BC Materials, el centro tecnológico Gaiker-IK4 y el departamento de Ingeniería Química y del Medio Ambiente de la UPV/EHU.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?