Mein, la fundición guipuzcoana con una tecnología que permite más precisión y calidad
Mein es una empresa de Ezkio-Itsaso (Gipuzkoa) dedicada a la fundición de acero con un modelo propio (llamado en cáscara y que es único en España), que permite más precisión y calidad. Ha focalizado su actividad en los enganches de cambio rápido de herramientas en excavadoras y exporta más del 95% de la producción. La compañía ha recibido apoyo económico del Grupo SPRI a través del programa BDIH Konexio con el que el Basque Digital Innovation Hub está poniendo a disposición de las pymes la red conectada de activos y servicios de fabricación avanzada para la formación, investigación, testeo y validación.
La empresa nace en 1929 en la localidad guipuzcoana de Placencia centrada en la fundición de latón. En 1942 se traslada a Urretxu y en 1992 vuelve a mudarse a su actual sede, en Ezkio-Itsaso, donde ya se centra en la fundición en cáscara.
En la década de los 90 la actividad se centra en los componentes de construcción, un negocio boyante sobre todo a partir de 2000 con el “boom de la obra pública en España para producir cemento, asfalto. Cogimos la ola y adquirimos la empresa Menasa, en Asturias”, afirman Gurutz Franco, director gerente y Susana Armendariz, responsable de mejora de procesos.
La crisis del ladrillo, a partir de 2008, les afecta de lleno y buscan alternativas en el negocio. “Pero uno de los hándicaps era el desconocimiento del mercado. Estuvimos a punto de cerrar y ahora estamos dando la vuelta”. Con la llegada en 2018 de Gurutz Franco a la gerencia, se inicia un nuevo modelo de gestión y búsqueda de mercados. “Se centra en productos de mas valor añadido, abriendo mercados como el forestal, maquinaria de construcción o el ferrocarril”.
Mein ofrece la fundición de metales de acero para producir productos destinados a maquinaria de construcciones, biomasa, de camiones, tractores o excavadoras. Para ello utilizan la llamada fundición en cáscara. “Usamos arena de sílice para crear moldes metálicos, lo curamos con calor y obtenemos el molde o cáscara, y ahí vertemos el caldo a 1.600 grados. Luego con el metal frio, eliminamos la cascara y obtenemos la pieza final”.
Es un sistema más preciso que otras tecnologías de fundición, ya que permite entregar el producto acabado sin requerir mecanizado posterior “y, si se hace, con menos coste de mecanización. Nuestro acabado superficial es una ventaja competitiva”. En España es la única fundición con este modelo. “Hay una en Alemania, otra en Suecia y otra en Austria”.
La empresa ha focalizado su actividad en los enganches de cambio rápido de herramientas en excavadoras, lo que permite el cambio de enganches sin bajarse de la máquina. “También hacemos repuestos de maquinaria que trituran madera y obtienes biomasa, componentes para maquinaria forestal y en ferrocarril para unificar los enganches de los trenes europeos, que es el producto de mas alta calidad en el que queremos entrar”. Los sectores para los que trabajan son el ferrocarril, maquinaria de construcción, forestal, trituración y reciclaje.
Exportaciones, el 95% del negocio
La plantilla está conformada por 53 personas y la facturación ronda los 10 millones de euros. La I+D es importante. “El gasto de actividad innovadora ronda el 4%”. Las exportaciones superan el 95% del negocio y está centradas en el mercado europeo, con Alemania a la cabeza, seguida de los países escandinavos.
La ayuda del programa BDIH Konexio del Grupo SPRI se ha destinado para el desarrollo de nuevos materiales. “Se requería una aplicación a baja temperatura y en ello nos ayudó Azterlan. Ya hemos homologado el material, que es del ferrocarril. Nos ha sorprendido la facilidad de la tramitación de la subvención por parte de SPRI”.
Los retos pasan por adaptar las instalaciones y recursos a los nuevos tiempos. “Nos sigue preocupando la obsolescencia. Hay que completar la evolución. Y la ingeniería de la que venimos es una oficina técnica, ahora hace falta conocer los procesos que llevan detrás nuestras piezas, usar herramientas de simulación. Que esa ingeniería pueda predecir posibles fallos, llegar a más fases del proceso de producción y conocer bien las necesidades del cliente. En el pasado, con un delineante era suficiente; ahora hay que calcular, dimensionar, existe un proceso de ingeniería de fundición”.
Los directivos de Mein agradecen al Grupo SPRI los programas de ayuda, que “permiten acceder a tecnologías de forma sencilla, sobre todo para empresas de nuestro tamaño. Son ayudas reales para dar el salto al conocimiento”.
El Grupo SPRI da la oportunidad a las empresas vascas de informar sobre su actividad en sus canales propios. Si tu proyecto está relacionado con nuestras temáticas (I+D+i, digitalización, internacionalización, emprendimiento, innovación…) puedes participar en la iniciativa Hablamos de ti.