Cimico: “Nuestras tecnologías aportan ventajas técnicas clave para el tratamiento biológico de aguas residuales”
Cimico nació en 2021 con un objetivo claro: transformar el tratamiento biológico de aguas residuales con soluciones más eficientes, compactas y sostenibles. Hoy en día, la empresa guipuzcoana cuenta con más de 40 personas en plantilla y lleva a cabo proyectos tanto en España como en mercados internacionales como Georgia, México, India o Emiratos Árabes Unidos. Para Carla Hermida, directora de Personas de Cimico, “este crecimiento ha sido posible gracias al compromiso de nuestro equipo técnico y a la confianza que nos han brindado ingenierías, constructoras y clientes industriales y municipales».
¿Hay más claves en ese crecimiento sostenido que ha logrado Cimico?
Nuestras tecnologías aportan ventajas técnicas clave, como una mayor capacidad de tratamiento en menos espacio, menor consumo energético y mayor estabilidad operativa. A nivel comercial, esto se traduce en una reducción significativa de gastos y una adaptación flexible a distintos tipos de plantas, sectores y normativas.
¿Un ejemplo de esas soluciones innovadoras?
Un ejemplo claro de esta propuesta de valor es nuestra tecnología MOBED® MBBR, que se ha consolidado como la solución ideal para la remodelación de plantas existentes donde el espacio es limitado. Su alta eficiencia en la eliminación de materia orgánica y nutrientes, gracias a nuestro lecho móvil MOBED® que maximiza la superficie de biopelícula, permite mejorar la capacidad de tratamiento sin necesidad de expansión estructural. Todo ello, cumpliendo con los requisitos de vertido más estrictos, lo que convierte a MOBED® MBBR en una solución robusta, sostenible y preparada para los retos normativos actuales y futuros.
Cimico también ha desarrollado soluciones digitales. ¿En qué consisten?
Contamos con tres tipos de soluciones digitales. Primero, un sistema de monitorización y analítica de la operación de la planta en base a los datos que consideramos clave en la operación de un proceso biológico. Segundo, sistemas de control automático avanzado en base a algoritmos propios, aplicables tanto a nuestras tecnologías como a tratamientos biológicos existentes. Estos sistemas permiten garantizar el cumplimiento de los parámetros requeridos y al mismo tiempo minimizar los costes operativos, especialmente en consumo energético, basándose en información del agua depurada, así como de datos generados por inteligencia artificial predictiva. Por último, próximamente lanzaremos nuestro propio gemelo digital.
Cimico ha recibido la subvención del programa Hazitek 2024 para impulsar el proyecto AnIFAS. ¿En qué consiste?
Se centra en el desarrollo de una tecnología innovadora para el tratamiento anaerobio de aguas residuales, es decir, un proceso que se realiza en ausencia de oxígeno. El objetivo es doble: por un lado, degradar la materia orgánica presente en el agua y, por otro, valorizarla energéticamente a través de la producción de biogás, una fuente de energía renovable compuesta principalmente por metano y CO₂. Lo que hace diferente a AnIFAS es la integración del concepto IFAS (Integrated Fixed-Film Activated Sludge) en un proceso anaerobio. Esta tecnología combina el crecimiento de microorganismos tanto en biopelícula (fijados a soportes) como en biomasa en suspensión, lo que aporta mayor robustez y estabilidad al sistema y permite un diseño más compacto del reactor.
¿En qué fase se encuentra?
Ya ha superado su fase inicial. Actualmente contamos con un reactor anaerobio diseñado específicamente para este estudio, construido a escala de laboratorio. Tras una serie de ajustes técnicos, el reactor ya está en funcionamiento y operando de forma estable, con los microorganismos colonizando adecuadamente los soportes y formando la biopelícula necesaria. Actualmente, ya se están controlando las distintas reacciones y se están midiendo los caudales de biogás generados y su composición, lo que nos permite empezar a caracterizar la eficiencia energética del proceso.
¿Qué resultados se esperan?
El principal objetivo del proyecto es demostrar las ventajas de aplicar el concepto IFAS al tratamiento anaerobio de aguas residuales, combinando en un mismo reactor la actividad de biomasa en suspensión y en biopelícula. Se espera confirmar que esta configuración híbrida aporta una mayor estabilidad y robustez al proceso, haciendo que la biopelícula actúe como una especie de “escudo protector”, manteniendo la actividad incluso ante variaciones en las condiciones operativas.
Además, se busca obtener información experimental clave sobre cómo afectan parámetros como la temperatura o el volumen de reactor al rendimiento de la solución, la producción de biogás y la expresión del efecto IFAS. Con estos datos, se pretende construir una base sólida para el diseño y escalado industrial de esta tecnología, desarrollando un modelo matemático que pueda integrarse en simuladores de procesos y software de operación.
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