Impresión 3D de gran formato, modular y sostenible: la propuesta diferencial de Indart3D
Indart3D es una empresa guipuzcoana dedicada al diseño, fabricación y comercialización de impresoras 3D industriales bajo su marca Tumaker. Su principal especialidad y elemento diferenciador es la tecnología de extrusión por pellet, que permite imprimir directamente con materiales en formato granulado, incluyendo plásticos reciclados o materiales técnicos. Esto le permite ofrecer soluciones más sostenibles, eficientes y versátiles frente a las impresoras convencionales de filamento. Además, sus impresoras se basan en un concepto modular y de gran formato, lo que permite a los usuarios adaptarlas a diferentes necesidades, ya sea en entornos industriales, de investigación o formación avanzada.
La idea de crear Indart3D nació a finales de 2019, como una forma de dar continuidad a un proyecto industrial en el que sus creadores habían trabajado durante años, centrado en el desarrollo de impresoras 3D profesionales. Tras identificar una clara oportunidad de evolución tecnológica y organizativa, empezaron a construir lo que hoy es Indart3D. La cooperativa se constituyó en febrero de 2020 y le permite hoy en día seguir desarrollando soluciones industriales de fabricación aditiva con identidad propia.
“Queríamos mantener viva una experiencia profesional y tecnológica que ya tenía una base sólida, pero al mismo tiempo impulsarla hacia un modelo más flexible, innovador y comprometido con la sostenibilidad”, explica Leire Sardón, directora de cuentas empresariales. Y añade: “desde el inicio apostamos por el desarrollo local, la fabricación propia y una tecnología diferencial: la extrusión de pellet, que nos permite trabajar con materiales técnicos, reciclados o biobasados. Escogimos el modelo cooperativo como herramienta para construir un proyecto compartido, con una visión a largo plazo y orientado a generar impacto positivo en la industria”.
Además de fabricar impresoras 3D modulares e industriales, la empresa ofrece servicios de consultoría, desarrollo de aplicaciones personalizadas, formación, mantenimiento y acompañamiento técnico especializado. Además, colabora con centros tecnológicos y universidades en proyectos de I+D.
En cuanto a sus clientes, abarcan desde empresas industriales hasta centros de investigación, universidades y organismos públicos. “Uno de los aspectos más valiosos de nuestro recorrido es que hemos conseguido una proyección internacional real: nuestras impresoras Tumaker están instaladas y operativas por todo el mundo”, apunta Sardón. Entre otros, trabaja con clientes de Alemania, Francia, Italia, Malta, Países Bajos, Estados Unidos, Canadá, Japón, Singapur, Emiratos Árabes, Argentina o Filipinas. Asimismo, colabora con socios locales que permiten a la empresa ofrecer soporte técnico y comercial en cada región, “algo clave para mantener la cercanía con el cliente y asegurar una experiencia completa y adaptada a cada mercado”. “En lo que llevamos de año, más del 50% de nuestra facturación proviene de exportaciones, lo que refleja el peso creciente de nuestra actividad internacional y la confianza que genera nuestra tecnología fuera de nuestras fronteras”, indica la directora de cuentas empresariales.
A lo largo de estos años, la empresa ha desarrollado soluciones de impresión 3D industrial centradas en la extrusión por pellet, y ha participado en proyectos que combinan “innovación tecnológica, sostenibilidad y aplicación práctica”. Ha colaborado con universidades y centros de investigación internacionales al aportar equipos adaptados a sus líneas de investigación en materiales, reciclaje y fabricación avanzada. Indart3D ha apoyado también a equipos de ingeniería de Formula Student, facilitándoles impresoras 3D para el diseño y fabricación de componentes funcionales en sus monoplazas.
En el ámbito cultural, participa en la Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak/ mediante el desarrollo de piezas de gran formato impresas en 3D. Asimismo, ha realizado proyectos de replicado patrimonial mediante escaneado y fabricación digital, como la reproducción de esculturas religiosas para su conservación y exposición. A su vez, hay que destacar que varios de sus desarrollos se han centrado en aplicaciones reales de economía circular mediante la reutilización de residuos plásticos como materia prima para impresión 3D, tanto en entornos industriales como educativos.
De cara al futuro, su objetivo es “seguir consolidándonos como referente en impresión 3D industrial con tecnología de pellet, desarrollando soluciones sostenibles, eficientes y adaptadas a los retos reales de nuestros clientes”. Sardón afirma que “apostamos firmemente por el diseño y la fabricación local, lo que nos permite mantener un control total sobre la calidad, adaptarnos con agilidad a nuevas necesidades y ofrecer un acompañamiento técnico cercano”.
Además, quiere seguir ampliando su gama de impresoras modulares orientadas a sectores como la automoción, la educación técnica, la arquitectura o la investigación en nuevos materiales. En paralelo, impulsa el trabajo con materiales reciclados, biobasados o con cargas técnicas, y refuerza así su compromiso con la economía circular y la sostenibilidad industrial. También planea fortalecer su red de distribución y servicio internacional, y para ello, trabaja en la colaboración con socios que compartan su visión y sus estándares técnicos. “La innovación continua, la escucha activa a nuestros usuarios y el enfoque práctico seguirán siendo el eje de nuestro desarrollo”, concluye Sardón.
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