Fecin, la pyme guipuzcoana especializada en la cepillería industrial desde hace 60 años
Fecin es una pyme guipuzcoana que fabrica cepillería industrial desde hace más de 60 años. Es una de las cinco empresas del sector en toda Europa, lo que se explica por la complejidad del producto y los elevados conocimientos técnicos que requiere la fabricación. La compañía ha recibido una ayuda del programa de ciberseguridad del Gobierno vasco, que impulsa la ciberseguridad en las empresas vascas a través de la generación de un tejido económico sobre esta materia, articulado desde SPRI.
La empresa surge en la localidad guipuzcoana de Deba en 1962 y cumple ya la tercera generación familiar. Fue fundada por el abuelo de la actual gestora, Jose Endeiza, quien en aquellos años 60 era socio en una fundición en Mendaro. Pero esa empresa se vendió“ y el representante de las fundiciones en Madrid le dijo a mi abuelo para abrir una fábrica de cepillos y que fuesen socios”, explica Amaia Iparragirre, directora de Fecin, acompañada por Igor Lekuona, director comercial.
La compaña, que en los 90 se traslada a su actual ubicación en el polígono industrial de Itziar, inicia su actividad con la fabricación de cepillos ondulados para máquinas fijas. Va ampliando la gama y pasa de la fabricación manual a la automática. Se adentra en la internacionalización y, junto a varias empresas de Éibar, constituye un grupo de exportación llamado Toolex. “En 2005 exportábamos un 15% y ahora ya es un 40%”. Las ventas al exterior se centran en Sudamérica, Oriente Medio y Europa.
Fecin ofrece cepillería industrial de alambre de todo tipo, desde circulares hasta cónicos. Los usos de su producto se dirigen a la limpieza de óxidos, pintura, fundas de soldadura y pulido y satinado. Siempre son tratamientos de superficies. “Vendemos a suministros industriales y ferretería y ellos lo distribuyen al usuario final, que van desde la automoción y el oil gas a los sectores ferroviario y aeronáutico”.
Entre las aplicaciones de sus cepillos, están las soldaduras en submarinos, la protección de la salinidad en las plataformas eólicas flotantes o en las máquinas de copia de llaves. La plantilla está conformada por 18 personas y la facturación anual supera los dos millones de euros.
La ayuda recibida del programa de ciberseguridad del Grupo SPRI se ha dedicado a la adquisición de un servidor en la nube y “así tener mayor nivel de seguridad en toda la información sensible de la empresa y poder acceder desde cualquier sitio. Ya está implantado”.
Los retos futuros pasan por seguir ampliando la exportación con nuevos mercados “sobre todo en todo el continente americano y seguir extendiéndonos en Europa”. Es un sector con solo cinco empresas en toda Europa. “Esto se debe a que usamos maquinarias complejas y caras y necesitas elevados conocimientos técnicos para la fabricación. Conocer el producto es complicado. Y es un producto que genera riesgos laborales y tiene que tener unos estándares de calidad muy elevados”.
El Grupo SPRI da la oportunidad a las empresas vascas de informar sobre su actividad en sus canales propios. Si tu proyecto está relacionado con nuestras temáticas (I+D+i, digitalización, internacionalización, emprendimiento, innovación…) puedes participar en la iniciativa Hablamos de ti.