Las nuevas tecnologías crearán más empleo del que destruyan
La 4ª Revolución Industrial está transformando de forma profunda el mundo del trabajo. Tecnologías como la inteligencia artificial, la robotización y la analítica de datos permitirán aumentar la productividad y la eficiencia en las empresas, pero implicarán a la vez la desaparición de trabajos hasta ahora realizados por humanos. Sin embargo, el futuro no tiene por qué ser negativo. Según un informe realizado por el Foro Económico Mundial, la automatización eliminará 75 millones de empleos, pero creará 133 millones de nuevos puestos en los próximos 5 años.
Las empresas están realizando grandes esfuerzos para sumarse a la Industria 4.0. La inversión se está enfocando especialmente en tecnologías para la analítica de big data, la Internet de las Cosas, el aprendizaje automático y la computación en la nube. Estas tecnologías serán los motores de crecimiento más importantes en el futuro próximo, tal y como destaca el estudio Future of Work Report.
Dentro de las industrias cubiertas por el informe, un 70% de las tareas son actualmente realizadas por humanos, frente a un 30% hechas por máquinas. En los próximos 5 años es probable que el porcentaje cambie a un 58% de labores realizadas por personas y un 42% por robots. Teniendo en cuenta esta tendencia, casi la mitad de las empresas creen que la automatización liderará una reducción del horario laboral. También prevén una redistribución de las tareas hacia nuevos roles relacionados con habilidades intrínsecamente humanas como el razonamiento y la toma de decisiones, la comunicación, la coordinación y el asesoramiento.
Nuevas habilidades para 2022
Las tecnologías harán emerger más puestos de trabajo de los que eliminen. De hecho, el porcentaje de empleo relacionado con las TIC aumenta cada año desde hace una década. Pero los roles que se necesitarán irán ligados a ciertas habilidades y conocimientos. Según el estudio del Foro de Davos, las habilidades más demandadas por las empresas serán el pensamiento analítico y la innovación, la creatividad y la iniciativa, el aprendizaje activo, la resolución de problemas complejos y la capacidad de liderazgo.
En este proceso de automatización, las tareas que desaparecerán más rápido serán aquellas repetitivas y rutinarias. Por contra, aumentará la demanda de perfiles como analistas de datos, especialistas en inteligencia artificial, big data y nuevas tecnologías, así como personas expertas en el desarrollo de aplicaciones. También en otros roles no tecnológicos como el marketing, el desarrollo organizacional y la formación.
Tal y como concluye el estudio, las oportunidades de esta transformación son muy grandes. Aun así, para asegurar un empleo de calidad de cara a los próximos años es necesario un esfuerzo importante en formación, puesto que de aquí a 2022 cerca del 54% de las personas empleadas deberán mejorar sus habilidades mediante procesos formativos. Tal y como afirma en el estudio Klaus Schwab, presidente del FEM, “catalizar los resultados positivos y un futuro de trabajo digno para todos requerirá de un liderazgo claro y de un espíritu emprendedor desde empresas y gobiernos, así como de una apuesta por la formación para toda la vida por parte de los empleados”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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