Certificación, Normalización y Acreditación de productos en Reino Unido tras el BREXIT
El nuevo marco de certificación británico tras el Brexit
Tras su salida de la Unión Europea, el Reino Unido ha desarrollado un nuevo marco regulatorio para la certificación, normalización y acreditación de productos que difiere del sistema comunitario. Este cambio ha generado nuevas exigencias técnicas para las empresas exportadoras, especialmente en sectores como la maquinaria, la construcción, la electrónica, la automoción o los productos sanitarios.
Aunque el Reino Unido ha mantenido, por ahora, un alto grado de alineamiento técnico con las normativas europeas, los mecanismos de reconocimiento automático han desaparecido, y las empresas deben asegurarse de que sus productos cumplen con la legislación británica. Esto implica adaptaciones técnicas, nuevas certificaciones y, en muchos casos, un doble marcaje para poder operar en ambos mercados: el europeo y el británico.
Además, el Gobierno británico ha publicado dos guías clave para comprender y aplicar correctamente los nuevos marcados: la guía del marcado UKCA, aplicable en Inglaterra, Gales y Escocia, y la guía del marcado UKNI, específica para Irlanda del Norte.
Del marcado CE al UKCA: transición obligada para las empresas exportadoras
El marcado UKCA sustituye al CE y es obligatorio en numerosos sectores industriales.
Una de las consecuencias más visibles del Brexit es la sustitución progresiva del marcado CE por el nuevo marcado UKCA (UK Conformity Assessed), que es ahora obligatorio para la mayoría de productos que se comercializan en Inglaterra, Gales y Escocia (no así en Irlanda del Norte, donde sigue vigente el sistema europeo por el Protocolo de Irlanda del Norte).
El marcado UKCA aplica a sectores como la maquinaria, aparatos eléctricos, instrumentos de medida, equipos de protección personal, productos de construcción y otros. Aunque inicialmente se estableció como obligatorio desde enero de 2021, el Gobierno británico ha concedido distintas prórrogas sectoriales, y en algunos casos el uso del marcado CE se permitirá hasta finales de 2025.
Sin embargo, la tendencia clara es hacia la consolidación del UKCA, y se recomienda a las empresas no demorar su adaptación. Además, para poder utilizar este marcado, las evaluaciones de conformidad deben realizarse a través de organismos británicos acreditados, lo que implica cambios en los procesos de certificación y relaciones con los actuales organismos notificados europeos.
Organismos notificados y laboratorios: nuevos interlocutores para acceder al mercado británico
Los organismos europeos ya no son válidos en Reino Unido: se requiere recurrir a entidades acreditadas británicas.
Con la entrada en vigor del nuevo sistema, los organismos notificados de la UE han dejado de ser válidos en Reino Unido. En su lugar, se han creado los UK Approved Bodies, que son las entidades reconocidas oficialmente por el Gobierno británico para llevar a cabo las evaluaciones de conformidad requeridas por la legislación nacional.
Estas entidades pueden ser laboratorios de ensayo, organismos de certificación o entidades de inspección, y deben estar registradas en el listado oficial británico. Las empresas exportadoras deben verificar que sus proveedores de ensayos o certificaciones están reconocidos por el sistema UKCA si quieren que sus productos sean aceptados legalmente en el mercado británico.
Además, Reino Unido mantiene como único organismo nacional de acreditación a UKAS (United Kingdom Accreditation Service). Por tanto, cualquier certificado o evaluación realizada por un laboratorio no acreditado por UKAS carecerá de validez legal para el Reino Unido, aunque esté reconocido por organismos internacionales o europeos.
Equivalencia normativa: Reino Unido sigue vinculado a los estándares internacionales
Aunque los estándares británicos siguen alineados con los europeos, no existe reconocimiento mutuo automático.
A pesar del nuevo marco jurídico, Reino Unido ha optado por mantener una elevada equivalencia técnica con los estándares europeos e internacionales. Esto significa que, aunque cambie la forma jurídica de la certificación, los requisitos técnicos siguen siendo muy similares en muchos sectores, al menos por el momento.
Reino Unido sigue siendo miembro de pleno derecho de ISO, IEC, CEN y CENELEC, por lo que las normas técnicas británicas (BS) mantienen un alto grado de armonización con las normas europeas (EN) y las internacionales. Esta estrategia busca garantizar la competitividad del tejido industrial británico y facilitar la continuidad del comercio internacional.
No obstante, no existe un acuerdo automático de reconocimiento mutuo de certificaciones entre Reino Unido y la UE, por lo que es fundamental que las empresas vascas verifiquen si sus productos necesitan certificación doble (CE y UKCA) para poder operar sin restricciones en ambos mercados.
Sectores afectados y claves para exportar a Reino Unido tras el Brexit
Las empresas deben revisar sus procesos y planificar certificaciones dobles si operan en ambos mercados.
Los sectores más afectados por este nuevo entorno normativo son aquellos en los que la evaluación de la conformidad es obligatoria: maquinaria industrial, dispositivos médicos, productos eléctricos y electrónicos, materiales de construcción, vehículos y componentes de automoción, entre otros.
Para adaptarse con éxito al nuevo sistema, el informe recomienda a las empresas vascas:
- Identificar los requisitos UKCA aplicables a cada producto, sector o categoría.
- Contactar con un Approved Body británico acreditado por UKAS para verificar procesos de certificación.
- Evaluar la necesidad de rediseñar productos o procesos de ensayo si no se adaptan al nuevo marco.
- Planificar el doble marcaje CE/UKCA si se quiere mantener presencia en ambos mercados.
- Consultar regularmente fuentes oficiales como la web del Departamento de Negocios y Comercio del Reino Unido, para seguir la evolución normativa.
La adaptación al sistema UKCA no es solo una cuestión burocrática, sino una condición imprescindible para seguir exportando de forma competitiva a un mercado que, a pesar del Brexit, sigue siendo estratégico para muchas empresas vascas.