Inser Robótica: “Sin digitalización ni automatización no hay futuro”
35 años después de desarrollar con éxito no pocos proyectos en los campos de la Robótica y la Automatización, Inser Robótica es hoy en día una de las grandes referencias del sector. Con sede y fábrica en Munguia (Bizkaia) y 65 personas en plantilla, esta ingeniería industrial especializada en el diseño de proyectos industriales llave en mano incrementó su facturación el pasado año un 51%, registrando unas ventas totales de casi 11 millones de euros que confirmaron el crecimiento de la compañía, según reconoce en esta entrevista Alberto Alonso, consejero de la compañía.
Puede resultar un mensaje o un titular alarmista, ¿pero hasta qué punto es verosímil afirmar que el ámbito de la empresa, “Sin Automatización no hay Futuro”?
Vivimos en un entorno de mejora constante y el que no mejora acaba perdiendo competitividad y se queda atrás. Nosotros lo que hacemos es ayudar a mejorar esa competitividad y si bien es cierto que uno de los elementos es ayudar a mejorar los costes ahí puede entrar en juego ese mensaje quizá alarmista de que con la automatización se eliminan puestos de trabajo. Sin embargo nosotros creemos que si hay competitividad hay creación de valor, riqueza, hay crecimiento y el crecimiento genera nuevas oportunidades de trabajo, nuevos empleos y ahí existen ejemplos que lo corroboran…
¿Por ejemplo?
Corea. Años 60. Su PIB era menor que el de toda Sudamérica junta, pero decidió apostar por la automatización y hoy por hoy es el país con más robots por cada una 10.000 trabajadores. Apenas tiene un 3 % de paro. Lo podemos comparar con datos nuestros donde existen unos 191 robots por cada 10.000 robots y el paro puede rondar entre el 15%-16%. De modo que respondiendo a la pregunta inicial, sí, defendemos y creemos que sin digitalización ni automatización no hay futuro.
¿Una empresa cuándo detecta que ha llegado el momento de automatizar sus procesos?
Hoy en día la mayoría de las empresas son conscientes que automatizar sus procesos es la clave para su crecimiento. Lo que no está claro es la solución a aplicar en sus procesos y el tiempo que necesitarán para amortizar esa inversión. Es ahí cuando entra una ingeniería como la nuestra, asesorando sobre qué partes del proceso son las más interesantes a corto plazo, realizando un estudio muy detallado y totalmente a su medida. En otras ocasiones, se trata de nuevas líneas o plantas completas de producción que desde un principio ya se han proyectado para ser automáticas de origen. Ahí nos muestran un lienzo en blanco donde podremos ofrecer un proyecto totalmente automatizado, capaz de trabajar con la producción actual y cierto margen de crecimiento futuro.
¿Nos puede poner algunos ejemplos de para qué sirven los robots que ustedes fabrican en Munguia?
En Inser Robótica estamos aportando soluciones muy enfocadas al packaging de productos. Una vez que el cliente ya ha fabricado su producto, nuestros sistemas (con o sin robot físico) se encargan de realizar un control de calidad, agruparlos, meterlos en cajas, poner todas esas cajas en un palet, envolver el palet en film protector, e incluso transportar con vehículos autónomos ese palet hasta el muelle de carga o un almacén intermedio.
¿La falta de chips les está afectando de algún modo?
Totalmente. Nosotros necesitamos integrar en nuestros equipos todo tipo de componentes electrónicos, que incluyen chips en su interior. No sólo los robots sino también variadores de frecuencia que se encargan de controlar motores eléctricos o autómatas programables. Por un lado, hay proveedores que no se comprometen a fechas de entrega, por lo que estamos constantemente buscando alternativas.
¿En qué sentido?
Si necesitamos controlar 64 entradas y salidas digitales, lo habitual es poner una tarjeta de 32 entradas y una de 32 salidas. Como no están disponibles, estamos teniendo que incorporar cuatro tarjetas de ocho entradas. Eso implica redimensionar cuadros eléctricos para que entren. Es muy posible que pronto esa alternativa tampoco sea factible y que los plazos de entrega para ciertos productos se alarguen más de seis meses.
Y a esto cabría sumar la crisis en el transporte…
Así es, donde hemos experimentado plazos ocho veces más largos que hace dos años, donde el precio del acero ha subido un 50%, el coste de la electricidad por las nubes… Esto nos lleva como empresa a enfrentarnos a nuevos desafíos que antes no existían y, por tanto, a un esfuerzo adicional a una labor ya de por sí compleja.
¿Cuántos proyectos han desarrollado en el presente año?
El número de proyectos que somos capaces de gestionar varía bastante de un año a otro, dependiendo del tamaño de los mismos. Si hace 15 años podíamos integrar 50 proyectos, en este 2021 estamos poniendo en marcha unos 25. El tamaño y complejidad de algunos de estos proyectos es mucho más grande de la media.
¿Hacia qué sectores están enfocados?
Solemos decir que a todo sector que fabrique productos que acaben en una caja y está en un palet. Para hacerse una idea, prácticamente cualquier cosa que podemos encontrar en un hipermercado, desde alimentos y bebidas hasta cosmética, artículos de droguería, pinturas, cristalería…
¿Qué peso tiene el I+D en su sector como el suyo?
Es algo innato en la compañía, pero las aplicamos de dos formas diferentes. Por un lado, todo proyecto integrado tiene cierto nivel de personalización para un producto que antes no hemos manipulado. Eso implica que tanto en diseño mecánico, eléctrico, como en programación, se ven obligados a investigar, experimentar y crear herramientas innovadoras. Y por otro, contamos con un equipo diferenciado que es el encargado de desarrollar productos relacionados con la visión e inteligencia artificial para tareas como la localización de productos para su posterior manipulación, o tareas complejas como contar y clasificar peces por su especie. Para que se pueda realizar, entrenamos “cerebros” artificiales con herramientas de Deep Learning o aprendizaje profundo.
Entre los sistemas que ustedes desarrollan hay varios vinculados directamente a la robótica colaborativa, es decir, a que personas y robots convivan en un determinado espacio… ¿Cómo de claras podríamos decir que están las cosas desde un plano de seguridad, de productividad, de eficacia…?
Este es un ejemplo en el que la tecnología está yendo por delante de la normativa, como pasa en la conducción autónoma y las diferentes legislaciones de los diferentes países. En el caso de la aplicación de la robótica colaborativa, nosotros somos extremadamente cautelosos. No concebimos un robot colaborativo sin sistemas de protecciones extra. En nuestros sistemas de paletizado colaborativo, se incluyen varios escáneres de seguridad que detectan la proximidad de una persona, bajando mucho la velocidad de funcionamiento. Así logramos que el robot trabaje al máximo de su capacidad cuando no hay nadie cerca, y es totalmente seguro cuando se rebasa un límite concreto.
Con todo lo que está sobrevolando entorno a la actividad empresarial (coste de la luz, falta de suministro, logística por las nubes…), ¿qué expectativas manejan para 2022?
Quiero pensar que a pesar de tener este nuevo cisne negro sobrevolando no todo tiene que ser negativo. El recibo de la luz subirá y será menos estable debido al empleo de las renovables, el coste y transporte internacional será más lento y costoso… Espero que la industria europea y la española sean capaces de reaccionar produciendo más cerca los productos que se consumen aquí, mejorando costes, huella de carbono y generando empleo de calidad.
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