Bianditz: 60 años de historia y arraigo industrial en Euskadi
El emprendedor guipuzcoano Juan Ribera, junto a dos socios, fundó un pequeño taller auxiliar en 1965 en Irun. Este mes de noviembre, su proyecto celebra su 60º aniversario como una empresa dedicada a las herramientas de mano, los moldes de inyección de caucho, los troqueles y las piezas decoletadas para diferentes industrias, con presencia en 22 países, pero también un fuerte arraigo en su territorio. Y es que Bianditz, donde aún trabajan miembros de la segunda y tercera generación Ribera, ha sabido mantener un fuerte vínculo con su origen y entorno.
Inicialmente se centraba en la fabricación de moldes para piezas de caucho y troqueles, dando servicio a la industria local. Diez años después, en 1975, la empresa dio un paso clave al incorporar la producción en serie, para sentar las bases de lo que hoy es un grupo industrial consolidado con tres unidades de negocio.
La internacionalización empezó en los años noventa, con exportaciones a Europa. Desde entonces, Bianditz ha ido ampliando la red comercial hasta alcanzar una presencia en más de 22 países y cuatro continentes. “Actualmente contamos con una estructura consolidada de agentes y distribuidores, lo que nos permite mantener una relación cercana y directa con cada mercado, garantizando servicio, atención personalizada y cumplimiento de plazos”, explica Javier Martínez Redín, director general de Bianditz.
A pesar de su expansión global, Bianditz mantiene un fuerte arraigo en su territorio. La fabricación y el desarrollo técnico continúan realizándose en Irun, en colaboración con proveedores locales. La empresa promueve el talento del entorno y apoya iniciativas sociales y laborales, reflejando una filosofía cercana y humana. El propio nombre de la empresa hace honor al monte Bianditz, situado en el corazón de Gipuzkoa, símbolo de la tradición minera, el esfuerzo y la constancia. Según Martínez, esos son “valores que desde los inicios han guiado el trabajo y la manera de Bianditz de entender la industria”.
La compañía se estructura en tres áreas de negocio: el diseño y fabricación de herramientas de mano, como puntas, llaves y botadores; el desarrollo de moldes de inyección y compresión para caucho, así como troqueles de corte y plegado; y la producción de piezas metálicas de precisión destinadas a sectores como la automoción, la cerrajería, el ámbito sanitario y la relojería.
Lo que nació como un pequeño taller artesanal ha crecido hasta convertirse en una empresa con 2.500 m² de instalaciones, un equipo de 29 personas y una sólida presencia internacional. Cada año, Bianditz produce más de 250.000 herramientas, fabrica más de un millón de piezas a medida y entrega más de cien trabajos de moldes y troqueles.
A lo largo de su historia, la empresa ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos y del mercado, manteniendo la fabricación propia como núcleo de su identidad y con una apuesta por la calidad, la cercanía y la durabilidad. Bianditz es hoy un ejemplo de cómo una empresa puede crecer, diversificarse y expandirse sin perder su esencia. En su 60º aniversario, sigue apostando por la innovación, la calidad y el compromiso con su entorno.
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