IPM, la empresa de distribución de tornillería industrial con un producto diferencial
IPM es una empresa de Vitoria que se dedica a la distribución de tornillería industrial. Ofrece un producto diferencial de sus competidores, el embolsamiento de tornillos, tuercas y arandelas “que al montar es más ágil para las empresas”. Con una plantilla de 10 personas, la facturación anual se eleva a los 3,5 millones.
La empresa surge en 1988 en el polígono de Uritiasolo en Vitoria “por iniciativa de mi aita y dedicada al comercio al por mayor de tornillería y elementos de fijación”, comenta Iker García Treviño, gerente de IPM. El negocio ha ido evolucionando: de las ventas centradas en la ferretería y suministros industriales a ofrecer packs de embolsado de tornillería. En 2000 se trasladaron a las actuales instalaciones en el polígono industrial vitoriano de Jundiz.
El negocio se centra en la importación, principalmente de China, India y Taiwan, a lo que une el almacenamiento y la distribución. Su diferenciación frente a los competidores es el embolsamiento de la tornillería. “Ponemos a granel tornillo, tuerca y arandela, la máquina se encarga de embolsar y, para las empresas que luego tienen que realizar montajes industriales es un modelo más ágil. Es un producto que ofrecemos a clientes industriales de grandes empresas que, para el montaje de sus productos, requieren de bastante tornillería”.
En 2004 adquirieron la primera máquina de embolsado, a la que siguió otra en 2022. Estas embolsadoras pueden embolsar tornillería desde métrica 6 hasta métrica 20. Los sectores para los que trabajan son la industria del ascensor, fabricantes de estanterías metálicas, fabricantes de silos metálicos y el sector eólico. Las ferreterías y suministros industriales suponen ahora entre un 30 y un 40% del negocio, mientras que el 60%-70% restante es cliente industrial.
La plantilla está conformada por 10 trabajadores y la facturación anual ronda los 3,5 millones de euros.
La innovación en el sector de la tornillería se centra más en los recubrimientos anticorrosión, “para lo que subcontratamos a empresas que se dedican a ello. Ofrecemos al cliente básicamente lo que nos pide, tornillería con unas características concretas. Trabajamos a la carta, aunque tenemos también en stock mucho producto standard”.
Los retos pasan por mantener el crecimiento sostenido logrado en los últimos años. “Trataremos de ampliar la cartera de clientes o entrar en nuevos sectores”.
Su principal competencia se encuentra ubicada en Euskadi, “donde hay mucha tradición tornillera”, así como en Madrid, Barcelona y Zaragoza. “La tornillería pesa bastante y es un producto con un coste logístico importante. Mandar un pallet de tornillería a Alemania es bastante costoso y el margen te lo come el porte. Exportar además un producto importado es complicado, dado que los fabricantes asiáticos con los que trabajamos exportan directamente a casi todos los países del mundo”.
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