La empresa vasca ha diseñado un ciclomotor asequible y con mayor autonomía.
El objetivo de Vostok Electric es impulsar la movilidad eléctrica en las ciudades. Sus dos socios fundadores, Rachel Lesslar y Álvaro Escribano, vivieron una temporada en China, donde se dieron cuenta que los vehículos eléctricos, y en especial las motocicletas, están mucho más implantadas que aquí, así que decidieron trasladar la idea adaptándola al mercado occidental.
El primer producto de la empresa es un ciclomotor, con el cual quieren eliminar los obstáculos más habituales de los vehículos eléctricos. “Nos preguntamos por qué lo que estaba funcionando en China, no funciona aquí”, explica Álvaro Escribano, “las barreras que detectamos fueron por un lado el precio y por otro la autonomía y la carga de la batería, que también supone un problema importante”.
El desarrollo del producto ha dado como resultado un ciclomotor eléctrico con batería extraíble y un peso menor a 10 kg, de forma que los usuarios pueden sacarla para cargarla en casa o en la oficina. El vehículo cuenta con autonomía para recorrer hasta 100 kilómetros por la ciudad por cada carga, cuando los modelos actuales de gama similar se sitúan en torno a los 60 kilómetros. Además, el diseño permite incluir dos baterías, aumentando así de manera importante la autonomía del ciclomotor.
Por último, el equipo de Vostok ha querido reducir la barrera del precio, ofreciendo un vehículo a un coste similar a los modelos de gasolina. “Trabajamos para que la moto eléctrica sea una alternativa real sin que suponga un esfuerzo extra, ofreciendo el mismo nivel de precios, con la misma comodidad y, además, con la ventaja de que no contamina y supone un ahorro en combustible”. El prototipo del producto está ya finalizado, y el equipo de Vostok está cerrando acuerdos con fabricantes, con el objetivo de empezar a lanzarla al mercado en los próximos meses.
Vostok Electric es una de las startups seleccionadas para participar dentro de la última edición de Bizkaia International Startup Connection. Sus responsables viajarán durante 6 meses a CIC Boston, donde realizarán un proceso de aceleración del proyecto dirigido especialmente a abrirse camino en el mercado norteamericano. “Con el prototipo desarrollado, adaptarlo a Estados Unidos no es difícil, así que queremos utilizar la estancia en CIC Boston para tantear el mercado, ver si tendría cabida allí y buscar distribuidores que puedan estar interesados en nuestro producto”, afirma el socio cofundador de la startup.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?